Para no ir más lejos, un chicle (la mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes) puede tardar hasta cinco años en endurecerse, resquebrajarse y convertirse polvo. Tal vez no parece mucho tiempo, pero hay que tener en cuenta que son miles los chicles que se arrojan por fuera de canecas en el mundo.
Problemas de salud
Además de los perjuicios medioambientales, las gomas de mascar que no son depositadas en canecas basura también generan problemas en la salud, ya que son una fuente acumuladora de cerca de 50 mil gérmenes.
Por ejemplo, una persona que tiene tuberculosis arroja un chicle al suelo, permitiendo que estas bacterias se propaguen en el aire cuando este sea recolectado. Eso sin contar, que será un acumulador del polvo y la tierra presentes en el ambiente.
Y si esto fuera poco, el manejo de basuras de este tipo y su recolección es costoso (cinco veces más caro que el precio de un chicle nuevo), puesto que requiere de tiempo, esfuerzo, productos químicos perjudiciales y grandes cantidades de agua.
Las opciones
Pero ¿cuáles son las soluciones? Una es sencilla y nada difícil de llevar a cabo. Se trata de envolver la goma de mascar en un trozo de papel o en la misma envoltura del producto y depositarla en canecas plásticas.
Otras opciones son: imponer multas a las personas que sean atrapadas arrojando goma de mascar al piso.
Aunque quizás la alternativa más innovadora y práctica es promover el consumo de chicles biodegradables, que se elaboran con el látex obtenido de la planta chicozapote, y que se convierten en polvo en tan solo seis meses.
Sea cual sea la medida que tome, no olvide que cambiando malos hábitos se pueden contrarrestar los daños en el medioambiente; y que en CJS Canecas puede encontrar todo tipo de contenedores (canecas para oficina, metálicas, inoxidables, etc.), además de otros elementos (cajón domicilio). Visítenos en http://www.canecas.com.co/CJS-canecas-productos